Sobre las patentes.
Las patentes muestran, como el resto de relaciones sociales mercantiles que se organizan en nuestro mundo, parecieran tener una contradicción fundamental. Por un lado, sirven para garantizar la protección y derecho a usufructo de aquellos que diseñan innovaciones científicas con fines tecnológicos. Por otro lado, al hacerlo, retrasan y obstaculizan las externalidades positivas que podría tener para el conjunto de la sociedad su difusión generalizada. Además, dada la propia naturaleza de las investigaciones científicas, surge el problema de que muchas veces se patentan resultados que, en un principio, habían sido llevado a cabo por equipos de investigación financiados por entidades públicas, por lo que sería una forma de privatizar beneficios a los que ha contribuido a financiar el conjunto de la sociedad. Algunos argumentan que sin beneficio privado no habría incentivos a la innovación, pero como han señalado Rodrik o Mazzucato, estos incentivos ya son inexistentes por la propia natura